Desde la formación de la península ibérica, su tierra, su agua y su aire infunden de un carácter singular a quienes en ella nacen y habitan: los autóctonos de Iberia. Esta Constitución ha sido creada por amor a España (Iberia) y al mundo, y sirve para restituir la soberanía a quien nunca debió haberla perdido: los pueblos.Con estas leyes, los autóctonos de cualquier lugar del mundo pueden fundar nuevos pueblos soberanos, de entre mil y cien mil individuos, que inauguren una Nueva Era Gentil o Era de los Pueblos Libres. Marca: Não Informado