Bien visto, era un milagro tener a Enrique Servín con nosotros. Ser sus contemporáneos. Es un milagro que en una ciudad del norte de México, donde apenas y había dos o tres bibliotecas precarias, el genio singular y prodigioso de Servín haya logrado abrirse camino y fecundar el desierto con su literatura, escribe Jorge Alan Flores Flores sobre una de las figuras más decididamente sorprendentes de la literatura chihuahuense y nacional. No solo su genio, sino su humor, su exacta ironía, la articulación precisa de su pensamiento, se encuentra en la obra que por fortuna nos ha quedado de él. Este libro es un paseo por ella, una introducción y una invitación a adentrarse en el milagro que sigue siendo Enrique Servín, el mar mismo. Marca: Não Informado