Un célebre cuadro del siglo XIX, obra del pintor francés Théodore Géricault, muestra a un grupo de desesperados náufragos a bordo de una frágil balsa que brinca sobre las olas de un mar embravecido y tenebroso, tras el hundimiento del buque La Méduse (La Medusa, en castellano).A partir de marzo de 2020, España entera se convirtió en una gigantesca balsa de La Méduse en la que nos hemos apiñado los náufragos a la espera de que acudieran en nuestro socorro.Las situaciones límite suelen sacar de nosotros lo mejor y lo peor. Durante esos meses terribles vimos hombres y mujeres que, como lossanitarios, los transportistas o los empleados de supermercados, lo han sacrificado todo, en algunos casos hasta sus propias vidas, por cuidar y servir a sus semejantes.Otros, en su egoísmo, sólo han pensado en la merma que podían sufrir sus beneficios económicos a causa de las medidas tomadas por lasautoridades responsables. También hemos visto a seres ruines e irresponsables que nos han intentado convencer de que la libertad consisteen tomar cervezas en las terrazas de los bares.Hubo incluso quien ordenó, por escrito y con membrete oficial, tirar a los ancianos enfermos de la balsa, para que dejaran de molestarlesatestando las UCIS de los hospitales.Todo esto pasó en este país a partir de marzo de 2020. Es hora de contarlo. Marca: Não Informado