El haikú que cultiva doña Josefina López Linares, al estilo Chihuahua y hasta medio ranchero, como ella misma en un arranque de irreverencia autocrítica ha querido calificarlo, es un haikú en el que lo inesperado, lo contrastante, lo ingenuo y lo malicioso se concentran en sus versos juguetones y ambiguos. Su estilo, en ocasiones telegráfico y a veces incluso dislocado, convierte a estos pequeñísimos textos en verdaderos koanes humorísticos; la hilaridad surge, entonces, a partir de unas cuantas imágenes, inesperada y vigorosa, rápida, como un chispazo artero del que no sabemos, de buenas a primeras, por dónde nos llega ni cómo entender.Enrique Servín Marca: Não Informado