Es difícil imaginar la Biblia sin el libro de Hechos. Tenemos cuatro relatos de la vida y ministerio de Jesús, pero solamente uno de la iglesia primitiva. Por este motivo, Hechos ocupa un lugar indispensable en el canon bíblico. ¡El libro de los Hechos es un desafío para la iglesia de hoy en día! Cuando comparamos nuestra visión, dedicación, entusiasmo, confianza y poder del siglo 21, con los de la iglesia del primer siglo, reconocemos que hemos fallado. En el libro de Hechos, vemos a una iglesia perseguida constantemente, pero que crecía de manera impresionante. Como es verdad la famosa afirmación: ¡la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia! ¿Hay algún secreto para ese fantástico crecimiento de la iglesia en los primeros treinta años años que cambiaron el mundo? Sí, la iglesia de Cristo fue totalmente dominada por el poder del Espíritu Santo, que la impulsó y capacitó para testificar. Por este motivo, muchos comentaristas entienden que el nombre más adecuado para el libro seria Los Hechos del Espíritu Santo por medio de los apóstoles. Debemos tener cuidado de no romantizar la iglesia primitiva como si fuera una iglesia sin fallas. Fue una iglesia con problemas rivalidades, divisiones, hipocresías, herejías e inmoralidades. En estas lecciones, veremos como muchos de esos problemas fueron enfrentados, tratados y resueltos. W. Graham Scroggie comenta: «El sentido de libro no es tanto biográfico o histórico, sino espiritual, y su propósito dominante es relatar lo que el Señor resurrecto hizo por muchos siervos en muchos lugares en beneficio de mucha gente, por Su Espíritu no hay ninguna conclusión formal del libro, que permanece abierto e incompleto, porque la gran obra empezada no terminó con la prisión de Pablo. Aún continua, y durante todos los tiempos el Cristo glorificado nunca ha parado de operar por medio de sus redimidos».
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