Eros extiende su arco. No apunta al pecho, apunta más abajo.Thánatos, al acecho, observa desde la penumbra. Y sonríe.Luis Alejandro Chaves Hernández convierte el deseo en literatura sin disfrazarlo de metáfora fácil. Lo observa con ternura, con rabia, con ironía. Lo expone. Lo celebra. Lo disecciona. Aquí Eros no es mito. Es carne. Es palabra. Es herida.Cada relato es una grieta. Una confesión. Un espejo incómodo. Un grito contenido en una habitación cerrada.No hay erotismo decorativo. Hay sudor, contradicción, memoria, política. Hay placer como acto de existencia, como forma de resistencia.Lujurioso Eros no busca gustar. Busca ser. Y eso ya es mucho más que suficiente. Marca: Não Informado